
Yeimmy Martínez
Originally published by Univision
Una llamada desde Estados Unidos le anunció a Yeimmy Martínez en la Ciudad de México que su padre Alejandro había sufrido un derrame y fue operado de emergencia para detener la sangre de una vena rota en su cerebro. Estaba en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Nueva Jersey conectado a un respirador artificial.
Pero se aferraba a la vida tras la delicada intervención quirúrgica.
Yeimmy corrió a solicitar una visa para partir cuanto antes y estar con su papá, un inmigrante indocumentado de 62 años que llegó a Estados Unidos hace 14 y trabaja fabricando piñatas en la localidad de Camden, Nueva Jersey.
Pero mientras la visa era tramitada, otras dos llamadas complicaron lo que ya era una situación difícil para esta familia. Primero llamó una mujer que se identificó como enfermera del hospital Cooper University Health Center.
"La enfermera, una traductora y un médico llamaron buscando a mi mamá", relata Yeimmy a Univision Noticias. "Querían que autorizáramos que lo desconectaran porque tenía muerte cerebral".
"Me dijeron que mi papá vivía gracias a que estaba conectado a un respirador artificial y que si lo desconectaban él iba a morir porque su cerebro estaba muerto (...) Eso fue lo que me dijo la traductora y ella insistía en que quería la autorización de mi mamá para desconectar a mi papá", recuerda.
Se negaron. Pero Yeimmy asegura que la traductora insistió. Les dijo que les daba dos horas para que lo pensaran. La familia finalmente no lo autorizó.
Ella afirma que dudó del diagnóstico recibido a través de la traductora porque un amigo de su padre lo había ido a visitar poco después de la operación cerebral y en el hospital le habían informado que Alejandro estaba consciente, aunque no podía hablar.
La otra llamada llegó unos días después, cuando Yeimmy buscaba un vuelo para viajar a Estados Unidos.
"Me dicen que hablan de una empresa transportadora aérea médica y que querían saber a qué ciudad de México había que trasladar a mi papá porque sabían que nosotros queríamos que estuviera en México y que lo único que necesitaban era una identificación de mi papá que dijera que él era mexicano", cuenta Yeimmy, una contadora de 39 años.
— Me dijo: 'No te preocupes, el hospital lo paga'. Le dije: '¿El hospital lo paga?' Y él dice: 'Sí, y además son 127,000 dólares'".
"Oficiales migratorios no autorizados"
La situación del padre de Yeimmy se asemeja a un intento de lo que se conoce como una deportación médica. Esto sucede cuando un hospital envía a su país de origen a un inmigrante que se encuentra en condición seria o que ha sufrido una lesión grave sin su consentimiento o habiéndolo obtenido a través de la coacción, según describe un informe del Centro de Justicia Social de la Escuela de Derecho de Seton Hall, Nueva Jersey.
¿Por qué lo hacen?
Los hospitales en Estados Unidos deben por ley proveer atención de emergencia a quien lo necesite, sin importar su estatus migratorio. Pero esta obligación termina cuando el paciente ya no requiere de cuidados médicos, explica el reporte de Seton Hall.
En ese caso, los hospitales sí deben delinear un plan para enviar al paciente a una instalación apropiada, como un centro de rehabilitación. Es ahí cuando surge el problema, pues estas instalaciones de rehabilitación a largo plazo son renuentes a aceptar a inmigrantes sin seguro médico debido a su estatus migratorio, agrega.
"La combinación de pacientes inmigrantes vulnerables y la falta de un flujo de reembolso para su cuidado médico ha contribuido a esta situación en la que muchos hospitales toman el asunto en sus manos", se lee en el informe.
"Actuando solos o en conjunto con empresas de transporte privado, esos hospitales están funcionando como oficiales migratorios no autorizados y deportando a pacientes migrantes seriamente enfermos o heridos directamente desde la cama del hospital a sus países de origen", añade.
En el caso de Alejandro Martínez, su hija Yeimmy logró llegar al hospital donde está internado en Nueva Jersey. Pudo ver a su padre por primera vez en 14 años. Dice que la reconoció y, aunque no pudo hablarle, le respondió parpadeando y moviendo una mano.
Sin embargo, una vez allí Yeimmy relata que recibió mensajes y recomendaciones dispares por parte del personal administrativo y médico.
La doctora que tenía a cargo el ciudado de su padre le recomendó inicialmente que no lo enviara a México para garantizar que continuara recibiendo la atención necesaria. Sin embargo, una trabajadora social la conminó a trasladarlo haciendo referencia a su estatus migratorio.
"Hacemos la sugerencia de que te lo lleves a tu país, porque él no es residente y no tiene seguro médico, y posiblemente en tu país va a estar atendido, va a estar cerca de su familia", afirma que le dijo esa trabajadora.
"Lo dejaremos en cualquier lugar en México"
Ella seguía renuente a aceptar el traslado, temiendo que su papá no sobreviviera el vuelo o no fuese enviado a un hospital en México donde recibiera cuidados similares a los que estaba recibiendo en Estados Unidos.
Mientras tanto, la companía de transporte médico Stat Air la seguía llamando, asegura.
"Me comenzó a amenazar. Me dijo que si yo no cooperaba de todas formas se lo iban a llevar, que mientras más tiempo me tardara ellos no se iban a hacer responsables del lugar que habían encontrado para llevar a mi papá porque en México hay mucha demanda", afirma tras agregar que un empleado le dijo que si no cooperaba, dejarían a su padre en cualquier lugar en México.
Univision Noticias habló con Hugo Suárez, un coordinador de traslado de Stat Air que confirmó haber iniciado el contacto entre la joven y la empresa. "La única comunicación que hemos tenido es que, en orden de poder ingresar el paciente a México, lo único que le hemos pedido es una copia de un comprobante de una ciudadanía mexicana", dijo. Se excusó porque había salido de vacaciones y dejado el caso en manos de otra persona de la compañía a la que se llamó y dejó mensajes sin obtener respuesta.
Univision Noticias también contactó al hospital que atiende a Martínez. La gerente de relaciones públicas Wendy Marano se excusó vía telefónica de proveer información pues la ley prohíbe brindar datos sobre un paciente. Marano también reenvió una petición hecha por correo electrónico al departamento de relaciones con el paciente y legal, pero no obtuvimos respuesta de su parte.
Yeimmy aclaró que la dirección del hospital le ofreció una disculpa por los mensajes incongruentes que había recibido y se comprometió a abodar el caso de su padre de forma satisfactoria para ambas partes.
El desenlace de casos previos de inmigrantes que fueron repatriados por hospitales sustentan los temores de Yeimmy.
Los abogados del Centro de Justicia Social de Seton Hall recopilaron para su informe, publicado en 2012 y el más abarcador que existe sobre este tema, que de 846 a 978 inmigrantes en 15 estados del país han sido repatriados por los hospitales a sus países, incluyendo El Salvador, Guatemala, Honduras y México.
Sacada por la puerta trasera del hospital
El Centro de Justicia Social tuvo acceso al caso de Marlene, una joven mexicana que llegó a Estados Unidos cuando pequeña. A los 19 años fue baleada en la cabeza por un amigo de la familia que irrumpió en la casa y le disparó. Sus padres intentaron que el hospital la continuara atendiendo en Arizona después de estabilizarla, pero también fueron presionados para que se la llevaran a México. Tramitaron una visa U para víctimas de un crimen violento, pero el hospital no esperó a que se la otorgaran y autorizó su viaje.
Marlene, dice el reporte de Seton Hall, fue sacada por la puerta por donde botan la basura del hospital. Llegó a México el 10 de agosto de 2010. Desarrolló al llegar septicemia (una infección generalizada), neumonía y meningitis. Falleció al día siguiente.
Pero las consecuencias para quienes son 'deportados' por los hospitales no son solo médicas.
"Las leyes migratorias impiden a la mayoría de los pacientes indocumentados repatriados de forma ilegal regresar a Estados Unidos", aclaran los abogados del estudio.
"Una vez que un inmigrante ha estado en Estados Unidos sin un estatus migratorio legal por más de un año y voluntariamente sale del país a él o ella se le prohibirá regresar por 10 años, sin un permiso especial", agregan.
En el caso de Alejandro Martínez, su hija Yeimmy cuenta que antes de sufrir el derrame a inicios de junio estaba juntando dinero para regresar a su país. Por eso buscó ayuda del consulado de México para asegurarse de que el traslado se haga de la manera correcta.
Su papá ya no tiene el respirador artificial, pero sí una traqueotomía y una sonda para alimentarse.
"Me quiero asegurar de que mi papá no se muera en el camino, que va a llegar a México y que allá lo van a poder atender".
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